El concepto de la puesta en escena incorpora nuevas connotaciones al lenguaje carcelario utilizado por Genet, quien pasó en prisión gran parte de su vida. La tradicional habitación Luis XV ha sido reemplazada por el ámbito penitenciario y las sirvientas serán convictos – habitantes de la cárcel. Este espacio servirá de marco donde se movilizarán Solange y Clara, personajes encarnados por hombres sin concesiones al travestismo. El ama, también encarnada por un hombre, es un guardia vigilante, omnipotente y omnipresente, que controla el accionar de las criadas, utilizando para ello el espacio a modo de panóptico.